La resiliencia se define como la capacidad que tiene el ser humano para adaptarse y superar las adversidades o situaciones traumáticas, sin que esto signifique una transformación negativa de la forma de ser del individuo. Para la psicología se trata de un concepto relativamente nuevo, conceptualizado en primera instancia por el psicólogo Emmy Werner en 1995.
A lo largo de los años, diferentes especialistas han modificado el concepto, centrándose en las capacidades, valores, habilidades y atributos que le permiten al ser humano sobreponerse a la adversidad, e incluso, salir beneficiado de todo el proceso. Esto supone una analogía directa con la resistencia de algunos materiales que tienen la capacidad de doblarse sin romperse.
Según algunos estudios comparativos, como el desarrollado por la Universidad Católica del Maule (Chile), a manos de Eugenio Saavedra Guajardo y Marco Villalta Paucar, establece ligeras diferencias entre el nivel de resiliencia según el género y la etapa de vida del individuo. Así, los datos parecen demostrar que las mujeres son ligeramente más resilientes que los hombres.
Proceso de resiliencia en el género masculino
En primer lugar, resulta fundamental entender que esta capacidad de adaptación al cambio no se trata de una habilidad innata del ser humano, sino de una actitud que nos permite afrontar los hechos negativos y las situaciones adversas. Se basa en el aprendizaje que implica reconstrucción, lo cual es un proceso lento en el cual sacamos a relucir lo mejor de nosotros mismos.
La infancia masculina está plagada de mensajes relacionados con un tipo de masculinidad heroica donde al hombre, simplemente por su género, se le exige fuerza física, valentía, represión emocional, autoritarismo y dominancia. Este ha sido el fundamento por el cual la sociedad ha llegado a definir al hombre como el sexo fuerte.
¿Cómo ser un hombre resiliente?
La realidad detrás de la concepción del género “fuerte”, es que tanto hombres como mujeres tienen la misma capacidad de ser fuertes, resistir, liderar, ser sensibles, amorosos y considerados. Del mismo modo, ambos tienen la posibilidad de desarrollar la habilidad psicológica de hacer frente a las adversidades manteniendo el equilibrio emocional, que conocemos como resiliencia.
¿Es posible aprender a ser un hombre resiliente? La respuesta es afirmativa. Aunque los estudios indican que las mujeres son por naturaleza más capaces de adaptarse y manejar situaciones traumáticas, cualquier hombre puede aprender las técnicas para ser más resiliente, lo cual le permitirá desarrollar su máximo potencial.
Existen algunas formas en que un hombre puede ser más resiliente:
- Creer en sí mismo y en sus habilidades. Desarrollar una autoestima saludable.
- Encontrar el propósito de su vida.
- Desarrollar una red social de personas capaces de brindar afecto sincero.
- Abrirse a los cambios.
- Cultivar el optimismo. No se trata de ignorar los problemas, sino de buscar soluciones creativas y positivas.
- Atender sus propias necesidades físicas, mentales y emocionales.
- Desarrollar habilidades para la resolución de conflictos.
- Proponerse metas realistas.
- Trabajar de manera constante en construir nuevas habilidades.