Hasta los momentos, nadie puede predecir cuándo será derrotado el Coronavirus o SARS-CoV-2, como también lo han llamado. Si bien es cierto que las cosas están mejorando, sea por la batalla que dan los médicos o a consecuencia del distanciamiento social (que seguramente continuará por algún tiempo), menos gente es afectada por el contagio y tal vez el declive acaba de comenzar.
Por lo pronto, las autoridades en distintos países han dejado entender, de manera muy clara, que habrá que mantener algún tipo de distanciamiento en el futuro y que la actividad industrial con la reapertura de las empresas comenzará lentamente en las próximas semanas.
Pero supongamos que algún día en el futuro, tal vez en verano, la emergencia del virus puede terminar. ¿Será posible que países como España, Italia o China dejen entrar a los turistas que vienen de zonas aún infectadas? Por dejar un ejemplo: ¿Seguirá el virus presente en los EE.UU.?
Si no hay una cura o una vacuna, no habrá sensación de seguridad para viajar
Hasta que no se encuentre una vacuna o un tratamiento 100% efectivo, el turismo sufrirá en todo el mundo, salvo que algunos países decidan arriesgarse a dar prioridad a esta industria. Como alternativa, quizá cada turista que ingrese a dichos países, deberán llevar un certificado de inmunidad o de buena salud.
Este impacto dependería de la duración de la epidemia y aún podría ser exacerbado por las recientes medidas restrictivas.
La epidemia de coronavirus está poniendo en peligro hasta 50 millones de puestos de trabajo en el sector mundial de los viajes y el turismo, y es probable que los viajes se reduzcan en una cuarta parte este año, siendo Asia el continente más afectado, según dados arrojados por el Consejo Mundial de Viajes y Turismo.
Hoteles y Aerolíneas, los primeros en recibir los golpes
El Coronavirus COVID-19, ha cobrado un gran número de víctimas en la industria turística, desde las cuarentenas de hoteles y cruceros hasta la suspensión de los vuelos de las aerolíneas en muchas regiones y países.
El virus ha hecho que múltiples aerolíneas, cruceros y aeropuertos, prohíban los viajes y que el personal de los aeropuertos, empleados y trabajadores sean despedidos sin previo aviso. Debido a estas razones colectivas, la industria de los viajes se ha desplomado a un mínimo histórico, tanto desde el punto de vista financiero como de la ejecución sin problemas.
En 2009 General Motors, solicitó protección económica por parte de los Estados Unidos de Norteamérica, para poder proteger las acciones y así transferir sus activos a una nueva figura empresarial. El problema es que los poseedores de acciones en el mercado bursátil, no recibieron nada al momento de esta reorganización.
Probablemente vaya a ocurrir lo mismo en el sector de las aerolíneas. Quizá el modelo de supervivencia al que acudirán estas empresas, será muy similar a la forma en que General Motors sobrevivió. De hecho, la administración de Donald Trump está diseñando un plan de rescate económico, ante una eventual solicitud por parte de las aerolíneas.
Algunos consideran al turismo como un lujo innecesario
La percepción que tienen las personas, de los negocios basados en el turismo a veces no es justa. Muchos, en situaciones como las que se derivan de esta pandemia, no consideran a la industria del turismo como algo esencial para el comercio del país.
Lo más irónico del caso, es que muchas aerolíneas han rebajado tanto los precios de sus boletos, que en algunos casos puedes conseguir oportunidades y destinos a menos de la mitad del precio regular.
Las empresas de turismo están temporalmente en espera y volverán apenas puedan
Hay mucha gente que está perdiendo su trabajo ya que los negocios están profundamente impactados debido al COVID-19
Las compañías de viajes (especialmente las de tamaño mediano) están reduciendo su plantilla debido a la cancelación de los movimientos de grupos y las reservas habituales de viajes.
No viajar por miedo a lo desconocido
Las personas de edad avanzada ya no quieren viajar, debido a sus “frágiles condiciones de salud”; incluso a países donde no hay ningún brote en este momento.
La mayoría de las aerolíneas, hoteles y operadores turísticos están cooperando para dar a la gente la posibilidad de posponer o cancelar su viaje en vista de la pandemia de COVID-19.
Donde hay problemas para recuperar el dinero es en aquellos clientes que han reservado en un hotel donde la tarifa era la de prepago con opción no reembolsable. Si el hotel no está dispuesto a cooperar y permite un aplazamiento o una cancelación total, es probable que estas personas pierdan el 100% de ese dinero.
En estos casos, la única póliza de seguro de viaje que cubrirá un hotel no reembolsable son las pólizas de “Cancelar por cualquier razón”; y como son costosas, la mayoría de la gente no las comprará.
¿Qué lecciones han aprendido las empresas dedicadas al turismo?
- No depender de una sola organización o de un solo ingreso monetario
- Habrá que considerar el impacto de la transformación digital extrema en la industria de los viajes, de esa forma cambiará la manera en que se trabajará de ahora en adelante.
- Diversificar el flujo de trabajo, explorando nuevas oportunidades de negocio.
- De ser posible y si los agentes de viajes tienen mentalidad emprendedora, tratar de construir su propia marca personal, en lugar de construir la marca de otro.
Panorama actual en la industria del turismo internacional
De cualquier manera, la industria de los viajes y el turismo está siendo devastada por esta pandemia; las corporaciones no permiten a los empleados hacer viajes de negocios; los turistas están cancelando a diestra y siniestra, etc. Los aviones que aún están en el aire están volando medio vacíos; y las aerolíneas no pueden hacer dinero con aviones casi vacíos.
Los hoteles pierden dinero por cada noche que sus habitaciones no se venden; y así sucesivamente. Y de los barcos de placer y cruceros ni hablemos, ese es otro mundo.
Con suerte, el virus COVID-19 quizá desaparezca o amaine su fuerza para cuando llegue el verano, y las cosas deberían volver a mejorar. Sólo el tiempo lo dirá; y mientras tanto, la industria sólo tiene que aguantar la tormenta.