No muera por amor.
Cómo superar esa relación fallida.
Partamos de una máxima, “absolutamente nada es para siempre”, así que si quiere una amante eterna enamórese de una bolsa plástica, tómese como humor negro y de antemano no se interprete como pesimismo, nos adentramos en temas escabrosos pero necesarios, sobretodo entre hombres que podrían confundir una sana conversación sobre el amor, con cursilería.
- – Hace alrededor de quince años tuve una ruptura amorosa de esas nivel corta venas, finalizaba un noviazgo extenso y en su mayor parte bonito, estuve por mucho tiempo enamorado de aquella novia, tenía planes, la adoraba y como dicen popularmente había puesto todos los huevos en una sola cesta, en el sentido que ni amigos, ni familia, ni trabajo estaban por encima de la relación pero no era consciente de tal cosa. La ruptura estuvo teñida de dudas, confrontaciones, ego, inmadurez (desde mi realidad) y todo esto me hundió en una penosa crisis emocional, que tomó tiempo, apoyo profesional y una intensa pero lenta introspectiva para poder salir a flote. –
No se nos educa para conocernos a nosotros mismos, no tenemos o teníamos formación en inteligencia emocional, algunas generaciones de hombres cargamos con el señalamiento de que “los hombres no lloran”, ni siquiera conocimos el afecto emocional y físico de un padre que pensaba que eso no era correcto porque había que formar “hombrecitos” y a la vez eran consecuencia de otra generación aun más rígida e ignorante en estos temas. Esta y muchas otras variables han desencadenado un amplísimo espectro de carencias afectivas, emocionales, trastornos de todo tipo que en el peor de los casos concluyen en suicidio. Ahora mismo me vienen a la mente tres conocidos que se quitaron la vida después de un desamor, así de grave. No es casualidad que el número de suicidios en hombres dobla al número de casos de mujeres, en Costa Rica se contabilizó en el 2017 una taza de 6,4 por cada 100 mil habitantes y aumentó a 7,2 para el 2018, números que probablemente se quedan cortos considerando que algunos casos no se registran oficialmente como suicidios, tampoco precisamos cuántos acabaron con su vida por desamor pero a partir de acá lanzamos la pregunta, ¿usted o un conocido suyo, ha deseado quitarse la vida después de que su pareja le devuelve los peluches?…
No se sienta mal en aceptarlo, mucho menos le cruce por la mente hacer mofa de quien esté o haya sufrido una situación semejante, es muy importante comprender que no existen culpables inmediatos, muchos de los conflictos en los que nos involucramos tienen su origen y solución en nuestro propio ser, de tal forma que si hipotéticamente en este momento usted está sufriendo por un desamor, considere que, la razón de su dolor no es ella, no está afuera de usted sino dentro, en su historia de vida; tampoco la razón de su felicidad es ella, ni está fuera de usted sino dentro suyo. Ni siquiera esos pensamientos que lo llevan constantemente a creer que necesita de ella representan su esencia, usted no es su pensamiento, ¿recuerda las fábulas en las que aparece sobre el hombro del protagonista un pequeño diablillo o un angelito que le dicen que hacer al oído?, pues más o menos esa es la representación de la mente, con alguna regularidad causante de sufrimientos, preocupaciones y quién sabe cuántos pensamientos más que no representan su verdadera esencia, de ahí el consejo de los sabios de procurar acallar la mente, nada sencillo por cierto, mas en el ejercicio de esa práctica seguramente encontrará instantes de paz, como cuando contempla un atardecer con los pies enterrados en la arena de mar bebiendo su trago favorito o en la escucha atenta de los sonidos del bosque.
Continuemos suponiendo que está enfrentando una separación, piense si era feliz antes de estar con esa persona y piense ¿porqué no podría ser feliz otra vez como lo era antes de conocerla? Su felicidad depende solamente de usted. En el peor de los casos, si antes de estar con esa pareja, era infeliz o se sentía incompleto y ella vino a llenar ese vacío, estaría entonces en una situación más grave pues llenar carencias afectivas por medio de otras personas (u objetos) es parecido a utilizar placebos o drogas, se desarrollan apegos tóxicos, tarde o temprano se pierde la fuente de sustento y se cae en una crisis peor. Aun cuando no perdiera a esa persona sino hasta su muerte, vivirá dependiente del afecto que le proporcione, vigilante o protector que podría manifestarse en celos nocivos, carente de autoconfianza y autocontrol, con muy baja tolerancia al sufrimiento y a la frustración.
¿Qué hacer para no sufrir más de lo justo?
Pues como seres humanos hay una medida justa de sufrimiento o duelo, no somos de piedra.
Acepte que ya pasó, grábese en la mente que todo tiene un inicio y un final. No permita que ese diablillo que le habla sobre su hombro le siga haciendo daño, dígale a su mente ¡basta ya! en voz alta si es necesario, tome el control de sus sentimientos, salga, distraígase, escuche música alegre, visite a su familia, dese la oportunidad de hacer cosas nuevas, conocer nuevas personas, pero ante todo sin prisa. Si percibe que no lo está logrando no dude en buscar ayuda con un profesional en psicología que de por sí, es una sana actitud en cualquier momento pues esas carencias afectivas de las que hablamos quizá solo se resuelvan con terapia.
Si en su defecto, usted está en una relación pero logra identificar síntomas como celos, miedo a perderla, solo estando con ella se siente feliz, necesita a priori de sus muestras de afecto, necesita controlarla, la idolatra y siente que es lo más importante en su vida… usted tiene todos los números para pegarse la lotería y es en potencia un sujeto vulnerable a trastornos emocionales como los depresivos o ansiosos si se enfrentara a una ruptura; por su salud, el bienestar de la relación y su futuro, recurra a ayuda profesional.
Como seres completos e integrales es necesario que nos conozcamos a nosotros mismos, solo siendo conscientes de nuestras fortalezas y debilidades estaremos en capacidad de llevar una sana relación. El verdadero empoderamiento del ser, está en función a su amor propio, esto lo capacita para amar a su pareja de manera sana, sin apegos, sin dependencias, sin violencia. El autoconocimiento es práctica de las mentes más brillantes, usted decide si quiere permanecer en las tinieblas del conformismo o abrir los ojos a una realidad adyacente.