Según los expertos económicos que se han volcado a descifrar los efectos de la pandemia, se han identificado tres posibles impactos económicos diferentes del nuevo virus COVID-19.
Primer escenario:
La casi completa destrucción de la Pequeña y Mediana Industria (PYMES) de la que depende alrededor del 45% del empleo en la economía y alrededor del 30% del PIB, porque los gobiernos no han actuado en absoluto de manera efectiva para apoyar a las PYMES durante la crisis.
Segundo escenario:
La destrucción de dos tercios de la Pequeña y Mediana Industria (PYMES) debido a que los gobiernos han actuado de manera ineficaz para apoyar sólo el 33% de las PYMES a través de la crisis
Tercer escenario:
La destrucción de un tercio de la Pequeña y Mediana Industria (PYMES) debido a que los gobiernos han actuado eficazmente para apoyar a alrededor del 67% de las PYMES durante la crisis
Estos tres escenarios, se refieren a las economías occidentales. Mientras tanto, supuestamente la China de Xi Jinping ha despachado este virus en cuatro meses. Aunque siempre hay que desconfiar de los números y estadísticas emitidas por ese régimen.
Estas tres opciones, son el resultado natural del fracaso o el éxito de los diferentes niveles de intervención de cada gobierno en los países del hemisferio occidental, para apoyar a las PYMES a lo largo de la crisis económica de COVID-19/SARS2-CoV-2.
El grupo financiero y de inversión Goldman Sachs, se ha atrevido a realizar una predicción económica
Basándose en el completo fracaso de la actividad del gobierno occidental para apoyar a las PYMES, la institución ha pronosticado un resultado de crecimiento económico de -9% para la economía estadounidense. Es decir, un retroceso dentro de las estructuras financieras de Estados Unidos.
Asimismo, producto del “Gran Confinamiento”, término acuñado por el Fondo Monetario Internacional, se estima una tasa de desempleo del 15% y un descenso del 34% del PIB del país norteño, seguido de una recuperación rápida pero muy puntual.
De hecho, las largas filas de personas desempleadas, que están solicitando apoyos económicos, son un claro indicador de lo que viene para América. Si bien es cierto que las cifras son especulativas, si no existe una acción eficaz de los gobiernos afectados por la pandemia, buscando evitar la destrucción masiva de las PYMES, la probabilidad de una recuperación rápida es muy dudosa.
Lo que sí está claro para Goldman Sachs, es que las políticas fiscales y monetarias no van a tener el efecto de recuperación deseado, por lo que, si bien la desventaja es real y continua, la recuperación es poco probable.
El fracaso de la política de aislamiento en casa para prevenir infecciones pandémicas y altas tasas de mortalidad
Países como los Estados Unidos, Italia, España y Francia, sorprendentemente han tenido tasas de mortalidad por COVID-19 más altas que las de China, y el rápido crecimiento de los casos de infección, indica que la mortalidad aumentará enormemente en estos países a medida que los resultados de las tasas de inmunidad o infección se mantengan tal como hasta ahora ha ocurrido.
Eso es lo que pasa en los llamados países desarrollados, pero imaginen cuál es el panorama en países que no cuentan con una infraestructura médica medianamente decente.
Es que esta pandemia, representa un serio desafío para cualquier país, pero para países como la India, Pakistán y demás regiones aledañas, es particularmente devastador.
La atención de la salud pública en dichos países es pobre. La atención sanitaria privada es cara. Alrededor de un cuarto de la población es analfabeta y por lo tanto puede que no sea tan consciente del peligro. Alguien dijo una vez, que un pueblo ignorante, es instrumento ciego de su propia destrucción y tal parece que es posible que digo adagio sea factible.
Y si a eso le sumamos, una ciudadanía masiva que no le hace caso al distanciamiento social, entonces la propagación del virus será inevitable, con las consecuencias nefastas que ya se han visto en otros países.
Cuando iniciaron los brotes de contagio, aún no se había establecido un bloqueo global. Los Estados Unidos y el Reino Unido se negaron al concepto de un bloqueo. De hecho, hasta que no vieron incrementarse las cifras de contagiados y de fallecidos, seguían reacios a aplicar dicha medida.
Brasil tuvo ideas similares, o al menos, las autoridades no querían imponer el confinamiento a su población. Curiosamente, las bandas de delincuentes en las favelas de Río de Janeiro han sido mejores en la aplicación de los cierres y ordenando a las personas que se queden en sus hogares.
Ante tal panorama ¿aún es posible la recuperación económica?
Según proyecciones del Fondo Monetario Internacional, es muy probable que este año la economía mundial experimente su peor recesión desde la Gran Depresión, superando la que se produjo durante la crisis financiera mundial hace una década.
El Gran Confinamiento, como ha sido bautizado, se proyecta que reducirá el crecimiento global dramáticamente
Luego de hacer una serie de estudios estadístico, el organismo internacional ha predicho que para el 2021, es probable que exista una recuperación parcial en la economía mundial. De hecho estimaron, de manera prudencial, un crecimiento de hasta el 5,6%, manteniéndose por debajo de la tendencia que venía manteniendo la economía global antes de la pandemia, pero este comportamiento tendría como justificación el efecto rebote, ante la incertidumbre que aún existirá para dicho momento.
El problema está, en que nos encontramos ante un fenómeno, producto de una situación que no existe en los modelos económicos actualmente. Por ese motivo, no existe un manual que guíe a los gobiernos sobre cómo actuar ante algo como lo que estamos empezando a vivir.
Lo que sí es cierto y no es necesaria una bola de cristal para adivinar el futuro, es que cuando se tiene una profunda recesión de este tipo, siempre hay, por desgracia, una tremenda pérdida de ingresos para las personas en el extremo inferior de la escala de ingresos, por lo que la pobreza y la desigualdad económica van a subir.