GENÉTICA DE LA MASCULINIDAD
Lo que somos está en gran parte definido por nuestra genética (por nuestros genes y la forma en la que éstos se expresan). La masculinidad no es excepción a esta regla.
¿DE QUÉ DEPENDE EL SEXO DE UN INDIVIDUO?
Los seres humanos contienen 46 cromosomas en cada una de sus células. Estos cuerpos llamados “cromosomas” contienen toda la información genética necesaria para el desarrollo de un individuo. Los 46 cromosomas del ser humano se agrupan en pares, por lo que cada cédula humana contiene 23 pares de cromosomas; de esos 23 pares, 1 par de cromosomas corresponde a los llamados “cromosomas sexuales”. Existen 2 tipos de cromosomas sexuales: el cromosoma X y el cromosoma Y. Las mujeres tienen dos cromosomas X; mientras que los hombres tienen un cromosoma X y un cromosoma Y.
Las células sexuales del hombre y de la mujer (espermatozoide y óvulo, respectivamente) contienen únicamente 23 cromosomas (es decir, no hay “pares de cromosomas” en las células sexuales), por lo que la unión de un óvulo y de un espermatozoide origina una célula completa de 46 cromosomas (23 pares) que se desarrolla y diferencia hasta formar al individuo completo. Los óvulos solo contienen un cromosoma X como cromosoma sexual; mientras que los espermatozoides pueden tener un cromosoma X o un cromosoma Y. Si un espermatozoide portador de un cromosoma X se une a un óvulo, entonces el individuo resultante será una mujer; pero si un espermatozoide portador de un cromosoma Y se une a un óvulo, entonces el individuo resultante será hombre.
De esta forma, líneas generales, el sexo de un individuo está determinado en la unión de dos cromosomas X, o un de un cromosoma X y uno Y.
UN VISTAZO MÁS DETALLADO AL CORMOSOMA “Y”
Como pudiste haber notado, el cromosoma “Y” contiene toda la información genética necesaria para el desarrollo de la llamada “masculinidad” (es decir, el conjunto de características físicas y psíquicas propias del hombre). El cromosoma Y posee alrededor de 78 genes que dan lugar a aproximadamente 27 proteínas, de las cuales 11 se expresan solo en los testículos y, en general, la mayoría participa en la producción de espermatozoides. Igualmente, se ha descubierto que el cromosoma Y contiene un gen clave para el desarrollo de la masculinidad: el gen SRY (llamado “factor de desarrollo testicular”).
Aunque es cierto que la información contenida en el cromosoma “Y” es necesaria para el desarrollo de características físicas del hombre (como los testículos y la producción de ciertas hormonas), el cromosoma “Y” no es el único factor determinante para el desarrollo de la masculinidad, como veremos a continuación.
MÁS QUE UN CROMOSOMA: INFLUENCIA DE OTROS GENES EN LA MASCULINIDAD
El ser humano contiene otros 22 pares de cromosomas que no son sexuales, cada uno de los cuales alberga cientos y miles de genes, por lo que cada célula humana contiene aproximadamente 20 mil genes que se expresan y dan lugar a proteínas. Estudios recientes han demostrados que gran parte de la expresión genética varía de acuerdo al sexo del individuo (sea hombre o mujer)
Un estudio reciente descubrió que aproximadamente un tercio de los genes (aproximadamente 7 mil genes) se expresaba de una forma distinta en los hombres y en las mujeres. Por ejemplo, algunos genes solo estaban activos en los hombres, mientras otros genes estaban más activos en un sexo o en otro. La mayor parte de estos 7 mil genes se encontraban en los cromosomas no sexuales y reciben el nombre de “genes diferenciados por el sexo”.
La mayoría de estos genes afecta al sistema reproductivo. Por ejemplo, en las mujeres, las glándulas mamarias contienen una mayor expresión de genes femeninos. Asimismo, otros genes diferenciados por el sexo estaban relacionados con el grado de vellosidad de la piel, con el desarrollo de los músculos, el tejido adiposo y con el corazón (lo cual podría explicar las diferencias en la morfología corporal y en el metabolismo de hombres y mujeres).
La genética diferencial de los sexos es un proceso fascinante y complejo que permite que cada individuo sea único y con características propias del hombre o de la mujer. Cada vez son más los estudios en esta área, pero una cosa es cierta: nuestra biología nos define.