Naturaleza ¿Infiel?
Entre mujeres es común escuchar la frase “todos los hombres son iguales”, casi siempre con tono despectivo o vengativo frente alguna mala experiencia. Les tenemos noticias, no todos somos iguales y Cristobal Colón descubrió América (gracias a su cualidad de adulador para con Isabel la católica). En fin, lo de Cristóbal es cuestionable y lo de que todos no somos iguales también, pero con esta nota lejos de un análisis psicológico, queremos dejar el tema sobre el tapete para que ustedes señores se sienten con una bebida espiritual y su grupo de amigos cercanos a discernir.
Como se ha expuesto en otros artículos, existe la personalidad Alfa y la personalidad Beta, marcados por su inclinación a ser más impulsivos unos y más recatados los otros, es probable que a este punto estará intentando ubicarse en uno de los dos grupos y si revisa a quienes invitará a la mesa de discusión notará, que la mayoría de sus íntimos amigos son los más parecidos a usted.
“La mejor manera de librarse de la tentación, es caer en ella” Oscar Wilde
Si damos un vistazo a la historia notaremos una interesante inclinación del hombre por ser infiel (término que de por sí, hace ver peor el hecho):
El rey Salomón, el más sabio de los reyes por gracia divina, entre todas sus aventuras destaca el hecho de enamorarse de la esposa de su más cercano guardia y amigo a quien envió al frente de batalla, con el fin de quedarse con ella.
Entre reyes y nobles la cosa era pan de todos los días, pero el rey Luis XIV de Francia sentó un precedente al establecer el título de “amante oficial del rey” y sacarle buen provecho.
Pablo Picasso, entre sus númerosas amantes no se escapó de enamorarse de una de sus musas.
Albert Einstein, una mente brillante que no se libró de los encantos de la mujer y le fue infiel a sus dos esposas.
John F. Kennedy, presidente de la nación más poderosa y amado por muchos estadounidenses, entre todos sus affaires destaca la bellísima sex symbol de la época Marilyn Monroe.
Y para seguir con los expresidentes norteamericanos, el sonado caso de Bill Clinton con una muchacha de 22 años que trabajaba junto a él, literalmente un amor bajo la mesa.
Se estima que entre un 40% a un 60% de las parejas vive una aventura sexual en algún momento de su vida; En el caso del hombre, el fuerte deseo instintivo no tiene miramientos, mucho menos distingos sociales, algunos se aferran a un concepto ético, que ha sido enmarcado socialmente e incluso moralmente, aun bajo esas circunstancias un ojo se les tuerce impulsivamente cuando pasa a su lado una “Venus de Milo”, si usted lo supera, ¡bien!, si sucumbe, tranquilo, no se castigue ni se juzgue a usted mismo por los tabúes y códigos morales que necesariamente la sociedad ha impuesto quizá con el afán de salvaguardar algún orden, ¿qué pasaría si en la selva todos los leones alfa se toparan?
Una vida licenciosa puede llevar al desastre, igualmente una vida reprimida puede terminar muy mal, he aquí la necesidad de conocerse a sí mismos para saber manejarnos de la forma más sana frente a una realidad que nos supera en algunas ocasiones, realidad que además ha evolucionado a través de la historia y las culturas, no por casualidad en otras latitudes fue visto como normal la convivencia con varias mujeres, pero que en este momento y lugar que nos tocó vivir, hoy más que nunca se señala la masculinidad e incluso la caballerosidad como algo descartable. Sea asertivo, cauto, sigiloso como el mismo león alfa que no se pavonea por la selva sino camina seguro de quien es y cual es su lugar.
No intentamos hacer una apología a la poligamia, ni que utilice el texto como un referente para excusarse frente a una situación emergente (ósea que lo agarren con las manos en la masa) sino que usted como hombre se conozca a sí mismo, no viva reprimido, no sea un villano, reconozca sus debilidades y aprenda a vivir de forma sana procurando su bienestar y el de quienes le rodean.