¿Por qué el estoicismo se ha convertido en una filosofía de vida para muchas personas?
El estoicismo se ha convertido en una filosofía de vida para muchas personas porque proporciona un marco para vivir en el mundo que es a la vez sencillo y eficaz. Nos permite tomar lo que tenemos, estar agradecidos por ello y utilizarlo para tener un impacto positivo en nosotros mismos y en los demás.
En este sentido, el estoicismo se parece mucho al budismo: nos enseña que todo lo que necesitamos ya está dentro de nosotros. No tenemos que buscar la felicidad o la alegría fuera de nosotros, sólo tenemos que mirar dentro de nosotros mismos.
Esto se ha demostrado a través de innumerables estudios sobre la felicidad llevados a cabo en las últimas décadas, que sugieren que las personas que son más agradecidas tienden a ser más felices que las que no lo son, que la gratitud es uno de los mayores predictores de la felicidad en la vida.
¿Cuáles son los principios básicos del estoicismo?
El estoicismo es una escuela de pensamiento filosófico fundada por Zenón de Citio en Atenas, Grecia, alrededor del año 300 a.C.
Es una escuela de desarrollo ético y espiritual que se centra en vivir según la naturaleza, o lo que hoy llamaríamos las leyes de la física. Los estoicos creen que el universo se rige por la razón y el orden, y que este orden puede ser comprendido por los humanos a través de la lógica y la observación.
Quienes vivían bajo esta filosofía, creían que el objetivo de la vida es la virtud y la excelencia moral, que definían como vivir en armonía con la naturaleza. También creían que los seres humanos no debían regirse por sus emociones, sino que debían tomar decisiones racionales basadas en la razón, lo que les permitía vivir en armonía con la naturaleza.
Los principios básicos del estoicismo son
- Que la virtud es el único bien verdadero y el vicio es el único mal verdadero
- Que todo sucede por una razón (aunque no sepamos cuál es)
- Que los humanos tienen libre albedrío y pueden elegir sus acciones
El primer principio del estoicismo afirma que la virtud es el único bien verdadero y el vicio es el único mal verdadero. Esto significa que las personas deben preocuparse por actuar de forma virtuosa y evitar el vicio. La virtud se refiere a cualidades como la sabiduría, el valor, la justicia, el autocontrol y la moderación. El vicio se refiere a comportamientos perjudiciales como la avaricia, la cobardía, la injusticia, la intemperancia o los excesos de cualquier tipo.
El segundo principio afirma que todo sucede por una razón (aunque no sepamos cuál es). Esto significa que las personas deben aceptar las cosas que no pueden cambiar en lugar de perder el tiempo tratando de cambiarlas. Además, afirma que deben aprovechar al máximo todas las cosas que pueden cambiar.
El tercer principio afirma que los seres humanos tienen libre albedrío y pueden elegir sus acciones. Esto significa que, aunque algunos acontecimientos pueden estar fuera de nuestro control, en general tenemos el control sobre nuestras propias vidas y decisiones; por lo tanto, debemos asumir la responsabilidad de nuestros actos.
¿Cómo podemos aplicar el estoicismo a nuestras vidas?
El estoicismo nos enseña que debemos centrarnos en lo que podemos controlar, que es nuestra actitud y nuestras reacciones ante las cosas. Al centrarnos en lo que podemos controlar, nos sentiremos más en control de nuestras vidas y menos estresados por las cosas que están fuera de nuestro control.
He aquí algunas formas de aplicar el estoicismo a tu vida:
1) Ser consciente del momento presente
Cuando te concentras en el momento presente, eres capaz de vivirlo plenamente sin distraerte con acontecimientos pasados o futuros. Cuando estás atento, puedes manejar mejor las situaciones difíciles porque no te parecen tan abrumadoras ni tan estresantes como antes, cuando sólo eran pensamientos en tu cabeza en lugar de experiencias que estaban ocurriendo en ese momento.
2) No te juzgues con demasiada dureza
Todos cometemos errores, pero si nos juzgamos a nosotros mismos con demasiada dureza por esos errores, nos haremos sentir mal con nosotros mismos, lo que nos hará infelices en general. En lugar de eso, piensa en lo bien que estarías hoy si el día de ayer no hubiera ocurrido nunca, así que no tiene sentido. El objetivo del estoicismo no es simplemente vivir bien, sino vivir sabiamente liberándose de emociones como el miedo, la ira y la depresión para poder centrarse en lo que más importa.
3) Practica el autocontrol
Podemos aprender a controlar nuestras emociones y no dejar que dicten nuestras acciones, incluso si nos sentimos enfadados o tristes. El estoicismo nos enseña que está bien no reaccionar en el momento, sino tomarse tiempo para la autorreflexión y tomar decisiones que nos beneficien a largo plazo. El estoicismo nos enseña que practicando el autocontrol podemos desarrollar buenos hábitos, que en última instancia nos llevarán a tener un buen carácter.
4) Acepta el fracaso como parte del proceso de aprendizaje
Todo el mundo comete errores en algún momento de su vida; es parte del crecimiento. Sigue avanzando hasta que alcances tu objetivo en lugar de obsesionarte con lo que salió mal en el camino.
5) No buscar el placer ni evitar el dolor
A menudo hacemos cosas porque nos producen placer o nos alivian del dolor, pero los estoicos creen que, si algo te produce una alegría temporal o te alivia del sufrimiento, no debes hacerlo porque no tiene importancia a largo plazo (y probablemente te causará más dolor). En su lugar, debes centrarte en vivir de acuerdo con la naturaleza (o con Dios) y en convertirte en una mejor persona a través de la comprensión de tus propias emociones y la amabilidad hacia los demás.
El estoicismo consiste en vivir la vida al máximo
Por encima de todo, nos anima a vivir de acuerdo con nuestra naturaleza y a adoptar una visión holística del mundo. Nos enseña que debemos aceptar nuestras circunstancias y aprovechar al máximo la mano que nos ha tocado.
Y, lo que es más importante, nos ayuda a ver que no hay razón para sentirnos desgraciados con nuestras vidas cuando podemos elegir abrazar el momento presente por todo lo que tiene que ofrecer.