El enamoramiento masculino

Tanto los hombres como las mujeres experimentan el enamoramiento de una manera diferente. Durante décadas, hemos escuchado cosas como “los hombres se enamoran por los ojos, mientras que las mujeres se enamoran por el oído“, “las mujeres son más enamoradizas que los hombres“, ” las mujeres son más románticas y los hombres se mueven más por el deseo sexual“. Sin embargo, ¿son ciertas estas afirmaciones? ¿Qué luz nos puede dar la ciencia acerca de la forma en la que los hombres experimentan el enamoramiento? En este artículo profundizaremos un poco en este asunto.

LA CIENCIA DETRÁS DEL ENAMORAMIENTO

Antes de hablar del enamoramiento en el hombre, vale la pena explicar un poco la química que hay detrás del enamoramiento. Se ha comprobado que existen varias moléculas implicadas en la aparición de las sensaciones que experimenta el cuerpo cuando se está enamorado (el llamado “flechazo en el corazón”, o “mariposas en el estómago”). Algunas de estas moléculas son: la dopamina, la oxitocina, la serotonina, la feniletalamida y la adrenalina.

En líneas generales, la dopamina (también conocida como “la hormona del placer”) está relacionada con los sentimientos de placer y deseo que aparecen en el enamoramiento. Por otro lado, la oxitocina (o “la hormona del apego”) es la responsable de los sentimientos y deseos de fidelidad que sentimos cuando nos enamoramos. Así mismo, la serotonina es una hormona que influye significativamente sobre el estado de ánimo y las emociones de la persona enamorada, y es la responsable de la sensación de bienestar que se produce cuando se está cerca de la persona que queremos. Igualmente, la feniletilamina es llamada “la hormona del enamoramiento”, ya que ella nos permite ver las cosas buenas de la persona que nos gusta. Finalmente, la adrenalina es un neurotransmisor que ocasiona los nervios característicos del enamoramiento; sin embargo, también es responsable del sentimiento de querer hacer lo que sea necesario por la persona querida.

Asimismo, son muchas las zonas cerebrales que se activan durante el enamoramiento. Por ejemplo, una de las zonas del cerebro que se activa es el llamado “sistema de recompensa”, formado por zonas mesocorticales y mesolímbicas del cerebro, el cual es el encargado de generar dependencia (ya sea a una droga, a un alimento o a una persona, por ejemplo).

EL HOMBRE EN EL AMOR

El dicho de “los hombres se enamoran con los ojos” parece ser cierto. Utilizando técnicas de neuroimagen,  un estudio realizado por Helen Fisher (profesora de la Universidad de Rutgers, en Nueva York) reveló que durante el enamoramiento el hombre tiene una mayor actividad en las zonas del cerebro relacionadas con la percepción visual, por lo que Fisher llegó a la conclusión de que, en las primeras etapas del enamoramiento, el hombre es más atraído por los estímulos visuales.

Asimismo, también se ha demostrado que el hombre suele ser más “temerario” durante las primeras etapas del enamoramiento (en especial durante la fase de cortejo). Esto se debe a que los niveles de neurotransmisores como la adrenalina están más elevados, lo que aumenta la motivación romántica y el deseo de tomar riesgos en beneficio de la persona querida.

Igualmente, dado que se ha comprobado que el hombre tiene una amígdala de mayor tamaño (estructura asociada con las emociones), es posible que ellos vivan el enamoramiento desde un punto de vista más emocional. Por otro lado, algunos estudios han comprobado que la mujer suele utilizar más la amígdala del hemisferio izquierdo del cerebro, la cual está más relacionada con el recuerdo de situaciones que generen una fuerte carga emocional. Es por ello que, en caso de ruptura, el hombre suele tardar menos tiempo en olvidar a la mujer.

Aunque es cierto que el hombre y la mujer pueden experimentar el amor de una forma distinta, también es importante recordar que toda relación requiere de compromiso y dedicación mutua. Está comprobado que los efectos de las hormonas no suelen durar más de 2 años, por lo que las relaciones duraderas deben estar cimentadas en algo más que reacciones físicas y emociones. Así, el amor es más que una emoción: es un compromiso con la persona amada.