Humildad de reyes

Humildad de reyes

Existe una vieja ideología utilizada por algunos pocos reyes en la historia denominada Memento mori, frase en latín que significa “recuerda que vas a morir” y acuña todo una forma de enfrentarse a la vida.

 Cuentan que los reyes más cautos llevaban a su lado a un aliado que repetía con discreción a su oído aquella frase con la intención de que la riqueza, el poder y la adulación del pueblo no cegaran la razón del rey, una leyenda habla de un gran rey que envió a fundir un anillo con la inscripción “esto también pasará” para recordarse a sí mismo que tanto los días de prosperidad como los días de austeridad son pasajeros, hoy puedes estar en la cima y mañana postrado en una cama. Memento mori no se trata solamente de vivir el día a día tomándole el gusto al ahora, es también recordar que bajo el traje más costoso así como bajo los harapos hay una sola cosa, huesos, osamenta que luce casi idéntica e insignificante en todos. Si un hombre quiere distinguirse, debe saber que por encima del dinero, los atestados y las tenencias, llama la atención la humildad; puedes tenerlo todo, pero sin humildad el hombre se desluce. Al contrario, aquella persona que mira y trata con respeto a todos, que saluda amablemente al mesero, que no ignora al “washiman” honesto que la pulsea, que conversa con el jardinero, con el agricultor o con cualquiera que desinteresadamente se le acerca, esa persona tiene la actitud de un verdadero rey, que por cierto son escasos, realidad que lo colocaría en una posición privilegiada y hasta memorable. Humildad es una palabra que se ha utilizado erradamente como eufemismo de la palabra pobreza, pero cabe destacar que en sí es una cualidad positiva, no un estado de escasez como lo es la pobreza (cosa que estamos seguros, nuestros lectores lo tienen muy claro).   Algunos recordarán de su época de colegio al compañero pobre pero muy diestro y perseverante, el mismo que a sus treinta y resto de años es gerente de una empresa multinacional, conduce un meche y vive en un condominio de lujo, pero se llenó además de dinero, con soberbia, ¿olvidó sus orígenes? ¡No!, la memoria no es un disco duro que borra segmentos indeseados, más bien su inteligencia no es precisamente emocional o se escuda tras un mecanismo de defensa para mantener su actual estatus y no se le vincule con su pasado; razones podrían haber varias pero como hemos mencionado, nuestra revista no es con fines psicológicos sino con el afán de ofrecer temas para el análisis afable. Un ejemplo curioso es el síndrome de Napoleón, que si bien no ha sido científicamente aprobado como un trastorno mental describe muy bien a las personas que sufren sentimientos de inferioridad pero se escudan en personalidades “agrandadas”, Napoleon era bajito pero tenía un caballo enorme (que no te suceda) o como dice el refrán “dime de qué presumes y te diré de que careces”, por esto la sugerencia de conocerse a uno mismo, por nuestra propia salud mental, para lo cual preferiblemente se aconseja la guía de un profesional. Todas las personas son distintas y cargan con realidades que responden a su historia de vida pero que se manifiestan en comportamientos que en la mayoría de los casos no son conscientes; esto podría ofrecernos dos pistas sobre cómo desenvolvernos diariamente, primero concientizando nuestros propios actos, mirándonos a un espejo realista para conocernos a nosotros mismos a profundidad y saber a qué responde nuestro ego, vicios, temores y segundo, comprender que otras personas probablemente no consideran nunca hacer ese mismo ejercicio, siendo así podríamos mejorar nuestro entorno con actitud positiva, humildad, cortesía, empatía, sin esperar reciprocidad alguna, mesiánica labor que nos coronaría como verdaderos caballeros.

Recuerde entonces…

La humildad en el trato con las personas nos distingue, procura que te recuerden como buena persona. Sonreír genera un ambiente positivo y es una reacción exponencial, igual la cortesía. Ser empático significa ponerse en los zapatos de los otros, ni más arriba, ni más abajo. Ser humilde y empático implica además dejar el individualismo a un lado, el mundo no gira en torno a vos. El mundo es cambiante, hoy estás en la cima, mañana quién sabe… Más artículos del autor… Créditos foto Barack Obama: Pete Souza