LA TESTOSTERONA Y LO VIRIL
Comúnmente, la testosterona es llamada “la hormona de la virilidad”, ya que está asociada con diversas características propias de los hombres. Esta hormona, la testosterona, se produce en los testículos de los hombres y es la hormona masculina más importante. Entra la funciones de la testosterona, se encuentran: el mantenimiento de los huesos y músculos, la producción de espermatozoides, el desarrollo del deseo sexual, la aparición del vello corporal, algunas funciones cognitivas, etc.
A pesar de que la testosterona es la hormona masculina más importante, esta hormona no es exclusiva de los hombres. Las mujeres también poseen la hormona testosterona, aunque en ellas ésta hormona tiene un función diferente y se encuentra en menores cantidades. En las mujeres, la testosterona está asociada con el apetito sexual, la sensación de bienestar y algunos cambios de humor.
En líneas generales, se puede decir que los efectos de la testosterona son “virilizantes” y “anabólicos” (ya que esta hormona promueve el crecimiento de la masa muscular y ósea). Igualmente, el crecimiento de la masa muscular debido a la producción de testosterona también está asociado, por ende, a un aumento de la fuerza física (es por ello que muchos hombres son físicamente más fuertes que las mujeres).
Además de esto, la cantidad de testosterona y sus efectos varían de acuerdo a la edad de desarrollo del hombre. Así, para las primeras etapas del desarrollo, la testosterona fomenta la virilización genital, el desarrollo de la próstata y el desarrollo de las vesículas seminales. Por otro lado, en la etapa adulta, la testosterona está involucrada en el desarrollo de los espermatozoides, en el desarrollo de algunas funciones cognitivas propias de los hombres (como el comportamiento de competitividad y de ser más arriesgados), etc.
Estudios han demostrado que la cantidad de testosterona presente en el organismo puede jugar un papel muy importante en la regulación de la respuesta “lucha o huida”. Dado que los hombres tienen una mayor cantidad de testosterona que las mujeres, estos suelen optar por la respuesta de “lucha” y por la toma de decisiones más arriesgadas.
¿Alguna vez has escuchado cosas como “el hombre tiene mayores necesidades sexuales que las mujeres”? Pues la testosterona también juega un papel en ello. Se ha comprobado que altos niveles de testosterona están relacionados con el desarrollo de pensamientos lujuriosos, por lo que los hombres son más propensos a tener este tipo de pensamiento. El órgano reproductor masculino puede crear ciertos olores que resultan placenteros o incómodos dependiendo de si hay mucha o poca testosterona en el cuerpo. Ese aroma manda señales al cerebro, lo que estimula el apetito sexual
UNA HORMONA QUE DISMINUYE CON EL TIEMPO
Esta “hormona de la virilidad” no es eterna, se ha comprobado que su producción comienza a disminuir a partir de los 30 años.
Usualmente, los niveles de testosterona llegan a su punto máximo durante la adolescencia y en los primeros años de la edad adulta. Sin embargo, a medida que el tiempo pasa y las células se van desgastando los niveles de testosterona disminuyen progresivamente.
Para la fecha existen varias terapias para contrarrestar la disminución de la testosterona. Entra esas terapias se encuentran: inyecciones de testosterona, aumento de ejercicios diarios, control y balance alimenticio, etc. Aunque es cierto que estas terapias han mostrado efectos favorables, también se han visto casos donde ocurre lo contrario (especialmente en el caso de “inyecciones de testosterona”). La naturaleza tiene un ciclo perfecto e ideal, por lo que es recomendable dejar que ésta siga su curso.
Muchos hombres creen que si disminuye el nivel de testosterona entonces “serán menos hombres”, pero la realidad no es así. Cuando comienza a disminuir los niveles de testosterona, el aparato reproductor masculino ya está perfectamente desarrollado y otras características propias de los hombres ya se han acentuado en el cuerpo (como los vellos, ciertos comportamientos, etc.). Es por ello que, aunque la testosterona es la “hormona de la virilidad”, cuando su proporción disminuye no lo hacen del todo sus defectos.
Además de esto, la parte biológica no es el único factor de la virilidad. Ser masculino no es solo una cuestión metabólica, también es una cuestión de actitud.