A la mierda el “PuraVida”

A la mierda el “PuraVida”

Tenemos fama, nos jactámos de ser un país “pura vida” y lo somos, todo tiene su lado amable para el tico, todo es motivo de chiste, de meme, somos amistosos, hospederos, solidarios, orgullosos de nuestro país, pero igual que el borracho y los niños siempre dicen la verdad, nuestras calles y la forma en que nos conducimos revelan también nuestra personalidad, no hay tal de que nos convertimos a consecuencia de la crisis vial, SOMOS la crisis, los momentos críticos nos exponen y ahí, en las calles se ve la otra cara del tico, teñida por el stress, ¡si, un poco!, pero la realidad al fin. Pero partamos entonces de que el stress por la sobre carga vehicular, genera impaciencia, agresividad, intolerancia entre otras conductas y que el control mental en pos de nuestra propia salud no es el más óptimo, dejemos de lado entonces esas situaciones y revisemos comportamientos en circunstancias normales. 

Hay quienes les gusta hacerse notar

Se habrán topado cientos de veces, esas incandescentes luces blancas en su diversidad de presentaciones, sea en autopista o en ciudad, incluso hay quienes reemplazaron los focos originales de sus autos por luz blanca de xenón (o su versión barata sin cambio de luz), transitan por la libre con las luces legítimas apagadas y esas otras insoportables luces encendidas cual auto de expedición en plena selva, ¿para verte mejor? como el lobo del cuento o ¿Para qué me vean más tuanis?, si la luz alrededor es suficiente para cualquier miope, ¿Porqué no tienen siquiera la cortesía de apagarlas cuando se topan a otro conductor?  Son quizá, ese tipo de personas que les gusta hablar en un tono de voz escandaloso como para que todos escuchen, esos que al verse rodeados incluso de desconocidos, hacen chistes vociferantes evidenciando una triste necesidad de atención, es como si tuvieran una audiencia imaginaria, entran a algún recinto y en sus mentes la totalidad de los presentes les están mirando, solo en su mente.  Cabría anotar que el problema no es tener buena iluminación como quien tiene buena voz, el problema es no saber dónde llevarlas apagadas como quien no sabe donde callar. 

Hay quienes en el kinder no aprendieron el valor de la filita 

Del más pequeño al más alto, por orden alfabético, por edad, como sea una fila se respeta, el que llegó primero tiene su mérito, es algo tan simple que cuesta entender cómo alguien no puede apegarse a eso y molesta ver al “vivazo” pasar al lado, como Pedro por su casa pasarle por encima al primero demostrando irrespeto por todos los demás que como hormiguitas si hacen la fila, ni siquiera es necesario describir las situaciones en carretera, seguramente usted mismo puede enumerar varias, pero esta, se ve en cualquier lugar, en las instituciones públicas, hasta en la pulpería, el “el pura vida” aquí sería como – pura vida, con permiso, me precisa un toque… y soy un irrespetuoso -.  RESPETO, urge respeto en nuestra sociedad, si no se logra con lo más simple como una fila, ¿cómo manejan el respeto en situaciones de convivencia, de comunidad, de familia?
Foto por Barna Bartis de Unsplash

Aunque la mona se vista de seda, mona se queda

Le escuché decir a Dionisio Cabal (investigador de cultura costarricense) “Polo es aquel vergonzante, quien presume lo que no es y trata de esconder lo que realmente es”. Cualquier cosa que agregue es redundar, pero entrémosle a la redundancia; y es que esos carritos modificados, escandalosos, rimbombantes, si que representan un amplia porción de la pintoresca sociedad costarricense, no porque muchos ticos tengan un auto modificado, sino porque la personalidad que encapsula es la de quien trata de esconder lo que realmente es, con maquillaje superficial, están en todos los estratos sociales pues para ser polo no hay que ser pobre económicamente, pero si pobre de personalidad.  Insisto, ya no estoy hablando de los “modifiers” sino de la conducta en general, del afán presuntuoso y jactancioso por lucir más “jaiclass”, más “cuul”.   Lo más curioso es que esta característica nos viene de muchos años atrás, desde inicio del siglo XIX los costarricenses ya se afanaban por congraciarse y hasta lucir un poco europeos, tenemos un monumento a Juan Santamaría con rasgos franceses, pues fue encargada a un escultor francés, una “alegoría del café y el banano” decorando nuestro Teatro Nacional, que posteriormente se lució en el billete de cinco colones al que orgullosamente llamamos el más lindo del mundo pero que no se apega a nuestra realidad de aquel entonces, sino la imaginada por un pintor que por cierto era italiano, incluso tenemos un billete de dos colones con la imagen de la “Monalisa” (circuló en los años treinta) otro detalle curioso que pone en evidencia una personalidad algo presuntuosa, no por nada dice la canción “por ser tan linda Costa Rica la llaman, la Suiza centroamericana” escrita por Tino López Guerra, músico nicaragüense que nos veía con amor, ¡quizá!, o intentó reflejar su percepción del imaginario costarricense.  Sin intención de ofender, parece que esa población de conductores si representa en alguna forma la personalidad del tico, específicamente a tantos que les gusta aparentar, ya sea con su automóvil o endeudándose hasta la muerte para cumplir algún sueño banal, esos que se divierten haciendo mofa del campesino, de lo verdaderamente autóctono, quienes ríen o se extrañan con las palabras de los abuelos pero se llenan la boca de anglicismos. Modificados en aras de la apariencia. 

También hay quienes creen que son el centro del universo

El individualismo en las calles y en la sociedad significan un verdadero cancer. ¿Qué pasará por la mente de un conductor cuando detiene su auto en plena vía pública para hacer una diligencia?, comprar algo, recoger o bajar a alguien, hablar con otra persona, lo que sea, prefieren obstruir la vía a los demás antes de tomar unos minutos para buscar una orilla de calle y parquear, se les olvida que no son dueños ni de la calle ni mucho menos del tiempo de los demás transeúntes y tienen el descaro de enojarse si algún otro conductor se atreve a tocar la bocina, -trás de que deben, cobran-, sacan la mano insinuando que les pasen por encima, ¿existirá una respuesta que ponga más evidencia la estupidez humana?…  También se les ve por las carreteras de dos vías, a 40km/h por el carril de tránsito rápido, en parqueos ocupando dos espacios o peor aún el espacio asignado a personas con discapacidad, de esta y de otras formas se manifiesta esa odiosa conducta individualista, ese es el tico que mientras él esté cómodo lo demás no importa, es el vecino que escucha su música a nivel de concierto en Palmares, sin importarle que los demás no quieran escuchar o peor aún estén en una situación delicada, el tipo de persona que mientras el problema no le afecte directamente no es su problema, todo gira entorno a su bienestar, hay una regla básica que obviamente han olvidado, la libertad de uno llega hasta donde empieza la del otro.  ¿A dónde se dirige nuestra sociedad con estas conductas?, considerando que esto genera reacciones tóxicas, es difícil devolver bien por mal frente a personas que no demuestran ningún respeto por el otro. Urge la empatía en sobre dosis, tomar conciencia que vivimos en sociedad y como tal las acciones de uno afectan al otro, la armonía es un hilo muy frágil pero indispensable para evolucionar en colectividad.
Foto por Jose Carbajal de Unsplash

“Pura vida” matémonos…

Definitivamente no valorar la vida es quizá lo más grave y también delicado para tocar como tema, deben existir problemas psíquicos en una persona que se conduce sin prever el riesgo de perder su vida o sacrificar inocentes, o un “valeverguismo extremo” (que igual debe responder a un trauma mental), estas personas no miden la velocidad, ni las maniobras casi suicidas, en este caso el individualismo llega a su máxima expresión, se manejan por las calles como si viajaran solos, en cuenta quienes viran en U en plena autopista, que es lo mismo a invadir el carril opuesto para salirse de la carretera por el lado contrario en zonas prohibidas o por la fatal obsesión de mirar el teléfono celular como si estuvieran sentados en la sala de la casa, vemos furgones a velocidades que claramente sería imposible frenarlos ante una emergencia, automóviles a más de 100km/h en calles urbanas, autobuses (entre otros) haciendo adelantamientos en curvas, algunos con complejo de Dominic Toreto manejando pegados al auto de adelante o rayando entre uno y otro carro como quien brinca una rayuela, la lista podría continuar solamente para evidenciar el nivel de imprudencia e inconsciencia que existe, irrespeto a la vida propia y a la de los demás.  ¿Cómo representa esto la personalidad del tico?, siendo indiferentes al dolor ajeno, de nuevo la escasa empatía sale a relucir, personas que se afanan por grabar o fotografiar con sus teléfonos graves accidentes para luego hacerlos públicos y ganar difusión en redes, gente que se burla de los suicidas; Hace algunos años una muchacha algo mediática que se lanzó del puente del Saprissa fue tema de burlas en redes y más recientemente a un muchacho los viles testigos lo incitaban a quitarse la vida en ese mismo lugar, no se valora la vida. Personalmente fui testigo de esa ingrata indiferencia, me detuve a intentar disuadir a un posible suicida en el puente Rafael Iglesias y pese a mis esfuerzos para que otros conductores se detuvieran a ayudar, nadie absolutamente lo hizo, incluso la policía demoró en acudir. ¿Qué sucede con la sociedad costarricense?, la respuesta quizá la tengan sociólogos, antropólogos, o quizá usted mismo pueda tener sus propias conclusiones si se detiene a pensar, a hacer una instrospectiva sincera, empezar por cambiar nuestras propias conductas es un buen paso. No se puede obviar del todo a esos buenos seres humanos, a los verdaderos “puravidas” que también quedan y nos topamos con menor frecuencia, ceden amablemente el paso, reducen la velocidad donde es necesario, son prudentes, usan los direccionales de sus autos, algunos incluso se detienen frente a la necesidad de otro, hasta sonríen amablemente al prójimo, si usted es uno de esos, congratulaciones, si conoce o se topa a alguien así, véale como un ejemplo, por el bien de nuestra sociedad, urgen más abanderados del “pura vida” que sean consecuentes con esa consigna siempre, no solamente de los dientes para afuera.https://www.youtube.com/watch?v=PBCQKIjx_H4

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